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martes, 15 de abril de 2008

Institución vs institución penitenciaria.


SANTIAGO (101) 2003
PSICOLOGIA
Yarlenis Mestre Malfrán
Institución vs institución
penitenciaria: Reflexiones
teóricas desde la
metodología de los procesos
correctores comunitarios
Resumen
Se realizó una revisión bibliográfica de nociones y conceptos
teóricos relativos a la categoría Institución contrastándola con la
realidad y particularidades de la Institución Penitenciaria en
Cuba (plasmada no solo en sus documentos oficiales, sino como
fruto de la observación de este contexto), todo ello con la
intención de efectuar una reflexión crítica, fundamentalmente
desde los aportes teóricos de la metodología de los procesos
correctores comunitarios.
El análisis y reflexión-encuadrados desde la Metodología de los
Procesos Correctores Comunitarios-en torno a ciertos conceptos
y nociones teóricas relativas a la Institución, contrastadas con
algunas particularidades de la Institución Penitenciaria nos
convoca a una obligada y primera interrogante:
¿Qué implicaciones tiene hablar de Institución en el ámbito
de los Procesos Correctores Comunitarios?
La primera de las implicaciones tiene que ver, a mi juicio, con
el planteamiento desde nuestro Proyecto Social(y asumido por
esta nuestra metodología de Intervención Comunitaria) de un
sujeto ideológico deseado, con altos niveles de autonomía y
posibilidades de transformación, lo que supone el abordaje de
los diferentes espacios de relación y constitución del sujeto
como tal, de los cuales no quedaría excluido en lo absoluto el
espacio institucional, el que ha sido definido desde sus aspectos
funcionales como susceptible de “proporcionar
representaciones comunes y matrices identificatorias...
proponer objetos de pensamiento que tienen sentido para los
sujetos a los cuales está destinada la representación y que
generan pensamientos sobre el pasado, presente y el porvenir,
indicar los límites y las transgresiones, asegurar la
identidad...”1.
Resulta evidente entonces que la Institución en tanto realidad
social y psicológica, deviene un espacio por excelencia de
construcción de subjetividad, la institución instituye
significados, representaciones, códigos compartidos y recreados
por los sujetos que están insertados en la misma.
Por ende, si somos consecuentes con el compromiso profesional
de articular procesos correctores de la subjetividad social e
individual -emergentes de un Imaginario Social que pauta los
“deber ser” para los diferentes actores sociales- es pertinente
poner la mirada en el ámbito institucional a fin de hacer lecturas
críticas de los contenidos que instituye y que en definitiva darán
lugar a un sujeto más o menos saludable, atendiendo a la
concepción de Salud a la que nos adscribimos, que pone la
mirada en la determinación cultural, ideológica,
socioeconómica de la misma en los diferentes sectores de la
población.
La metodología de los Procesos Correctores Comunitarios
considera que incidir en el modo de vida y desarrollar el
protagonismo de la población, constituyen dos grandes retos del
trabajo por la salud hoy día.
En dicha concepción la Salud de la Población se entiende
como “la mayor o menor capacidad social para resolver las
contradicciones existentes en la estructura social a la que
pertenece”(1), desde este punto de vista la salud y bienestar de
la población está dialécticamente determinada por la cultura, la
ideología y la estructura del sistema económico social.
Por su parte, las instituciones penitenciarias están concebidas de
manera general para garantizar la ejecución de las sanciones
privativas de libertad dictadas por los Tribunales competentes a
los sujetos transgresores de la ley.
En el caso particular de nuestro país, este tipo de institución
adquiere la peculiaridad de devenir (al menos desde sus
pretensiones) no solo como un espacio de coerción de los
individuos violadores de la legalidad socialista, sino de
reeducación y transformación de estas personas, lo cual no es
ajeno a la pretensión de nuestro Proyecto Social de gestar un
sujeto ideológico con una elevada conciencia crítica,
independencia y capacidad de autorregulación en
correspondencia con los principios que privilegia nuestro
modelo social.
Estas premisas del internamiento penitenciario en Cuba se
materializan en diferentes programas de tratamiento reeducativo
que dirigen sus acciones a la incorporación de los reclusos al
deporte, la cultura, el trabajo socialmente útil, así como el
otorgamiento de beneficios (dígase visitas familiares, pabellones conyugales, libertades anticipadas, etc.) que condicionen un comportamiento positivo en los reclusos, pero no precisamente distinto al que los llevó a delinquir, pues
estos programas de tratamiento reeducativo –aunque animados
por propósitos verdaderamente humanistas- no contemplan un
abordaje de ciertos aspectos de la subjetividad de los sujetos
recluidos, expresados en el conjunto de concepciones,
significados, valores que se instituyen desde el ámbito
penitenciario, los cuales quedan marginados del tratamiento
reeducativo, pues se dan por “naturales”, incambiables, por lo
que no se someten a examen ni a cuestionamiento alguno, por
tanto quedan totalmente excluido de lo que puede ser corregido,
susceptible de ser modificado, quedan en “tierra de nadie”.
La institución penitenciaria, las más de las veces, es vista,
presentada, analizada y comprendida desde las normas,
estatutos y reglamentos que supuestamente deben regir la vida
de los sancionados, desconociendo el orden impuesto por las
representaciones ideológicas, significaciones, creencias,
códigos que son construidos y recreados permanentemente por
los sujetos recluidos, que le proporcionan “matrices
identificatorias”, más allá de lo oficializado y legalizado en
normas y reglamentos penitenciarios.
La Institución ha sido definida, entre otras, como el conjunto
de las formas y estructuras sociales instituidas por la ley y la
costumbre, regula nuestras relaciones, nos preexiste y se
impone a nosotros: se inscribe en la permanencia. La estructura
institucional, según Parsons, presenta 3 características, por y
con ayuda de las cuales ocasiona la interacción de las acciones:
definición institucionalizada de roles-o sea modos de conducta
que se esperan de determinadas personas en determinadas
circunstancias y relaciones-una estructura jurídica y de
autoridad y una estratificación. El lugar de un individuo puede
determinarse mediante esas 3 coordenadas. De esta manera la
estructura institucional es un modo relativamente estable de
organización de la acción humana y de sus fuerzas motivadoras
subyacentes.

Otro de los aspectos que emergen de las anteriores definiciones
tiene que ver con la inevitable producción de significados que
se da en las Instituciones, en tanto “red simbólica”.
Desde la propia concepción teórico-metodológica de los
Procesos Correctores Comunitarios( la cual no es incompatible
con los posicionamientos teóricos de los anteriores autores) se
concibe al ser humano como un sujeto producido desde
determinadas relaciones sociales. Al ser el hombre un ser
esencialmente social no hay nada en cuanto a su subjetividad
que no sea producido en el sistema de sus relaciones sociales,
de ahí que sea de vital importancia entender la relación entre la
estructura social, los lugares de intermediación (entiéndase
grupos e instituciones) y la estructura individual. Estos
aspectos, vinculados a la realidad de una institución
penitenciaria, se revelan de manera significativa, existiendo un
conjunto de normativas que definen el qué y el cómo de la vida
diaria de los reclusos, plasmadas oficialmente en lo que se
denomina como “Normas del Tratamiento Reeducativo”. Estas
últimas regulan las distintas actividades que han de realizarse,
desde el de pie, los horarios de alimentación, los recuentos, las
visitas de familiares y cónyuges, la cultura, el deporte y la
recreación, las diferentes medidas a adoptar ante el
incumplimiento de algunas de estas regulaciones, así como las
estimulaciones a los sancionados que cumplan a cabalidad con
las mismas. Estas normativas sin embargo, quedan soslayadas
de la “socialización alternativa”, que al decir de Pilar Moreno-y
salvando las distancias de una realidad social muy diferente a la
nuestra que es esencialmente humanista- se produce en las
prisiones, lo que ha sido descrito por dicha autora de la
siguiente manera: “...Esta situación de ambiente total, precario y
anormalizador, y de estructuración rígida y violenta de la vida,
lleva a que la cárcel se convierta en un auténtico sistema social
alternativo, con sus sistemas de información e incluso sus
agentes de control social, encargados de reprimir cualquier tipo
de desviación de las normas establecidas. Todo ello al margen
de la institución. Asimismo, existe el código del recluso, que
416 Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA
supone tanto una manera de autoprotección contra la institución
como una forma de dominación de los presos privilegiados
contra los desprotegidos...”2.
Estas estructuras vinculares que se establecen en la Prisión
construyen un tipo de subjetividad que generan evidentes
contradicciones entre las pretensiones de la institución en
cuanto a la corrección de los sujetos que alberga en su seno y
los aprendizajes de vida que se producen desde las
elaboraciones de significaciones que regulan el comportamiento
de los reos.
La consideración fundamental que se quiere destacar es que la
concepción de la reeducación puede ser replanteada,
redimensionada y con ello brindar un espacio en el que esos
malestares puedan ser trabajados desde una comprensión cabal
de su origen, de su producción en la propia institución
penitenciaria, desentrañando los micromecanismos mediante los
cuales en este espacio de relación se “construye” un tipo de
sujeto funcional a ese sistema pero con altos costos para su
bienestar, su salud y su desarrollo como ser humano, por lo que
seria pertinente que la Reeducación integrase no solo
aprendizajes de oficios, superación cultural sino aprendizajes de
vida.
¿Qué puede aportar a metodología de los procesos
correctores comunitarios a las prácticas profesionales que se
necesitan desarrollar en una institución penitenciaria a
favor del bienestar de su población?
Trabajar con la metodología de los procesos correctores
comunitarios rescata la importancia de tomar en consideración a
la estructura social donde la institución se encuentra y el papel
que esta cumple en la estructuración y modelamiento de los
sujetos.

Desde esta concepción se privilegia el análisis objetivo y
científico de la vida cotidiana, atendiendo a sus malestares, pues
de dicho análisis emergen las contradicciones entre las
necesidades de los sujetos- independencia, autonomía,
crecimiento- y los roles asignados-asumidos desde unos
modelos sociales aprendidos que tienden perpetuarse
modulando el estilo de vida.
Reconocer a la institución como realidad socio psicológica
implica tener en cuenta su papel en la constitución,
configuración y particular modo de expresión de la subjetividad
humana, en tanto la institución nos instituye un lenguaje, unas
practicas, un mundo de significaciones.
El procurar una mirada a la institución penitenciaria, desde la
comprensión de los conceptos y nociones teóricas planteadas
sobre la realidad institucional, nos permite un análisis objetivo y
científico de esas condiciones concretas, lo que nos conduce a
develar las vías mediante los cuales este sistema produce un
tipo de sujeto. Esta mirada también nos aproxima aún mas a la
pretensión de egresar de los centros penitenciarios a sujetos
verdaderamente reeducados, que sería mas o menos como
egresar sujetos “reconstruidos”, “reparados”, siempre que este
análisis también constituya una premisa del tratamiento
reeducativo.
De esta manera quedan abiertas disímiles puertas por las que se
puede intentar transitar por los caminos del cambio, del
desarrollo, de la verdadera libertad.
BIBLIOGRAFIA
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Letras Cubanas,1983.
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(Publicación de la Escuela Privada de Psicología Social
fundada por el Dr. Enrique Pichón- Rivière).
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3. Córdoba, LLorca Ma. Dolores. EL GRUPO
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4. Hombrados, Maria Isabel (Compilación). Estrés y Salud.
Editorial Promolibro. Valencia. 1997.
5. Hahn, Erich “Realidad Social y Conocimiento
Sociológico”, Editorial Ciencias Sociales, la
Habana,1985.
6. Kaës, René. La institución y las instituciones. Material
Docente de la Maestría de Intervención Comunitaria en
los Procesos Correctores de la vida Cotidiana.
CENESEX. Ciudad de la Habana.2002.
7. Pampliega de Quiroga, Ana María “Crítica de la Vida
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8. Reyes Bravo, Rosa María. Artículo “ Apuntes sobre la
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9. Revista Vínculos No 3, 1997. Boletín Interno del Centro
Marie Langer.
10. Rebollar Sánchez, Maricel “Selección de Lecturas de los
Procesos Correctores Comunitarios. Material Docente del
CENESEX.2002. (En soporte magnético).
11. Saracho, Enrique “Teoría del Crecer”. Artículo
Introductorio. Material Docente CENESEX.2002 (En
soporte magnético).
419 Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

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