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lunes, 7 de abril de 2008

PSICODRAMA PSICOANALITICO GRUPAL


PSICODRAMA PSICOANALITICO GRUPAL
Olga Albizuri de García
Introducción
En los dispositivos grupales
que instituímos para
trabajar en el campo grupal,
en salud mental ( y pedagogía),
hemos integrado gradualmente,
desde hace tres décadas,
el psicodrama psicoanalítico.
En nuestro país se comenzó a
investigar y a trabajar en psicodrama
en el año 1957. El psicodrama
a rgentino ha sido pionero en Latinoamérica,
formando muchos de
n o s o t ros psicodramatistas en países
h e rmanos. El psicodrama data del
segundo decenio del siglo XX, es
c reación de Jacobo L. Moreno, médico
rumano que desarrolla su teoría
y su técnica, en primer lugar en
Viena y luego en Estados Unidos.
Fue contemporáneo de Freud, a
quien llegó a conocer. Nació en
1889 y murió en 1974.
Moreno se destacó por su interés
en lo social, en los marginados y
rompiío con el movimiento médico
de su época, atacando los valore s
oficiales, en lo que éstos tenían de
caducos, vacíos y falsos.
En 1925 cuando se radicó en
N o rteamérica, sistematizó
su teoría. El cuerpo teórico
general recibió el nombre
de Sociometría, que a su vez
tiene tres ramas: El sociodrama,
la psicoterapia de grupo y
el psicodrama. Este último conocido
mundialmente ha abarcado
de manera errónea con su
nombre, a la sociometría, término
que su creador eligiera para el
cuerpo teórico.
Los aportes que Moreno re a l i z ó ,
reconocen su origen en la nueva
mirada que este autor dió a la improvisación
dramática, retomando a
partir de lo teatral espontáneo y del
antiguo teatro griego el concepto de
catarsis. El término catarsis, que significa
purificación, fue utilizado por
Aristóteles, para referirse a los efectos
del drama teatral en el público,
emociones que surgían de la participación
activa (identificación) en la
acción dramática.
Sigmund Freud, al comienzo de
sus investigaciones, por inspiración
de Bre u e r, dio importancia fundamental
a la expresión catártica en el
tratamiento de la histeria, abandonando
luego la validez absoluta que
le diera en un principio, en el proceso
de la cura.
En el psicodrama, sí bien el público
resuena y se identifica con lo
representado (ese es uno de sus valores
en la terapia grupal), es el protagonista
en primer lugar el que se
conmueve, pues re p resenta su propio
drama.
Cabe aclarar que la idea de catar-
VERTEX 44
PSICODRAMA PSICOANALITICO GRUPAL
Olga Albizuri de García*
* Lic. en Psicología - U.B.A. Psicodramatista.
Docente de Psicodrama Psicoanálitico y
G rupo. Psicoterapeuta de pareja y gru p o .
Miembro fundador de la Sociedad Argentina
de Psicodrama. Miembro adherente de
la Asociación Argentina de psicología y psicoterapia
de grupo. Docente en ambas instituciones
y profesora invitada U.B.A. Fac.
Psicología.
Heredia 1363, (1427), Cap., Tel.: 551-3426
sis en psicodrama, no se refiere a la
mera descarga ni sustenta un criterio
expresionista. Catarsis de integracion,
la llamó Moreno y es indivisible
de la comprensión y la toma
de conciencia ligada a ella.
El primer intento de psicoterapia
grupal, lo relizó Moreno en 1911, y
posteriormente llevó a cabo: grupos
de presos ( 1931), de niños (1931),
de enfermos mentales (1932), llegando
en sus desarrollos en 1933 a
la sociometría y en 1936 al psicodrama.
El método psicodramático, tiene
como núcleo de abordaje y exploración
a la escena, la re p re s e n t a c i ó n
psicodramática. Es de esta manera
como investiga los vínculos humanos.
Cuenta con diferentes técnicas
para desarrollar al máximo las posibilidades
de la escena y el beneficio
que pueda obtenerse con cada representación
realizada.
El psicodrama psicoanalítico
Es en Francia, en la década de los
años cuarenta, donde se realiza por
primera vez una integración entre
psicodrama y psicoanálisis. Esta se
llevó a cabo merced a la investigación
y práctica clínica de varios psicoanalistas
franceses. No es casual
que dichos profesionales se especializaran
en tratar niños, psicóticos y
que muchos de ellos trabajaran en
g rupos. Es en estos campos donde
se han hecho imprescindibles otros
a p o rtes, además del que brinda el
psicoanálisis, para llevar adelante
una tarea creativa y acorde con los
objetivos de la cura y las necesidades
de los sujetos. Sobre todo en
una etapa especialmente import a nte
de la estructuración subjetiva,
como es la infancia. Las dificultades
planteadas en el tratamiento de la
psicosis, la complejidad de los grupos,
la continua búsqueda teórica y
técnica de los especialistas, explican
esta compleja integración de la que
hablamos.
En nuestro país hubo un inicio
s i m i l a r, los primeros psicodramatistas
trabajaban con psicoanálisis de
niños y psicoanálisis grupal. Se buscaba
intensamente también, una
forma mas adecuada de psicoterapia
para enfrentar los tratamientos hospitalarios
y en especial los que se
realizaban con enfermos psicóticos.
La teoría moreniana resulta menos
sólida que la teoría psicoanalítica,
pero aporta interesantes novedades,
tanto, que es una buena integración
de ambas, las dos se complementan
y resultan enriquecidas.Los aspectos
d i v e rgentes no son tantos como
aparecen a simple vista, y una lectura
detenida de Moreno, borra algunas
primeras impresiones desfavorables.
Cuando se dice psicodrama psicoanalítico,
debemos reparar en el
hecho de que las integraciones realizadas
por los distintos autores, difieren
unas de otras. Tenemos, tanto
en nuestro país, como en otras partes
del mundo, modalidades múltiples
en cuanto a la técnica, a la integracion
teórica psicodrama-psicoanálisis
y a los diferentes encuadre s
grupales que sostienen la tarea.
M o reno fundamenta el valor de
la escena, afirmando que la re p resentación
dramática es liberadora,
es una segunda vez. Es la forma que
adquieren el pasado y el futuro, en
el presente. El encuentro, el compartir,
la creatividad y el acto espontáneo,
posibilitan nuevos roles y
rescatan energías perdidas. Esto llevará
a una catarsis de integración y
a una catarsis del público.
El objetivo es que el sujeto sea en
la escena lo que es, pero más profundamente,
más intensa y claramente
que en la vida real; que se
e n c u e n t re con aspectos de su Yo y
“personas reales e ilusorias”.
La escena para nosotros es leída
desde el psicoanálisis. La valorizamos
como una vía de abordaje a lo
inconsciente, un camino de exploración
y elaboración, tanto del que
dramatiza, como del resto del grupo
que asiste a la dramatización. A través
de las identificaciones proyectivas
e introyectivas, no sólo el que
indaga es el protagonista, sino también
todo el grupo: los yo-auxiliares
que colaboran en la escena y los
demás compañeros de grupo.
Especificidad del psicodrama
psicoanalílitco: la escena, su
valor terapeútico
El origen del pensamiento de los
efectos de la escena sobre las emociones,
nos remite, como ya señalamos,
al teatro griego y a Aristóteles.
Dentro del Psicoanálisis, Freud ya
se refirió en 1905, en su trabajo
“Personajes psicopáticos en el escenario”,
a lo que sucedía en el teatro.
A propósito de la obra “Hamlet”
de Shakespeare, realiza un análisis
en el que afirma que, el espectador
de un drama está distraído y habitado
por las emociones que la escena
le provoca, ocurriendo entonces
una disminución de las resistencias,
que junto al proceso identificatorio
con los personajes del drama, posibilitan
una apertura hacia una toma
de conciencia de aspectos re p r i m idos
de su propio drama.
Tenemos entonces, equiparando
el hecho teatral, con lo que se produce
en la escena psicodramática:
una disminución de la resistencia y
una fomentación de la posibilidad
identificatoria.
El caldeamiento, que es el primer
momento del trabajo psicodramático,
tiende a lograr un clima dramático
de espontaneidad. Produce una
disminución de las resistencias y
pone en trabajo la fantasmática inconsciente
de los integrantes de un
grupo y sus relaciones.
La característica dramática de la
identificación, hace posible que simultáneamente
se jueguen múltiples
escenas en los diversos escenarios
interiores e intersubjetivos. La
escena psicodramática pro f u n d i z a
esta posibilidad, por los efectos
antes mencionados. Si la identificación
es motor grupal, uno de los
sentidos de la construcción de dispositivos
grupales para la psicoterapia,
obviamente la escena psicodramática,
la profundiza y es especificamente
adecuada al grupo.
O t ro aspecto importante a tener
en cuenta, se refiere a la posibilidad
de simbolización de lo imaginario
que la escena produce, lo relacionamos
también con el juego. Freud en
primer lugar, y posteriormente Ana
Freud, Melanie Klein y otros psicoanalistas,
destacaron el valor simbólico
del juego infanti. Este valor está
presente en la escena psicodramática,
a través del “como sí” simbólico.
Se rescata el valor del juego, donde
se despliegan las fantasías y lo imaginario
encuentra un lugar, un escenario
factible de un trabajo elaborativo.
La escena nos brinda la posibilidad
de expresión y liberación de
afectos y su integración comprensiva
a través de la producción creativa.
Las escenas que se re p re s e n t a n
para investigar un conflicto actual,
las escenas manifiestas de dicho
conflicto, provocan el surg i m i e n t o
de escenas asociadas actuales y antiguas.
Escenas infantiles que expresan
deseos, situaciones traumáticas,
fantasías inconscientes, lo que facilita
el trabajo psicoanálitico del
g rupo. Diferentes puntuaciones y
resonancias se producen merced a la
re g resión que el caldeamiento y la
escena misma han suscitado, a dis-
VERTEX 45
tintos niveles, dando lugar; a las
transferencias y las identificaciones.
Es importante destacar aquí, el
concepto de re g resión útil que permita
la elaboración. La histerización,
la sideración intolerable, que
p roducen las cargas libidinales de
relaciones objetales múltiples e indif
e renciales, constituye un riesgo en
el trabajo psicodramático y gru p a l .
Los personajes evocados por el
acontecer grupal y sus vincularidades,
son puestos en escena, dando
lugar a escenas de la vida psíquica;
manifestación de formaciones inconscientes,
fantasmas e imagos.
La mirada puesta en juego especialmente
en el psicodrama, moviliza
al que mira y al que es mirado,
ésto brinda la oportunidad de que
queden des tacados import a n t e s
afectos de la historia de cada uno.
Desde una terminología psicopatológica,
podemos hablar de movilización
de núcleos histéricos, paranoides,
etc. Desde “ otra mirada”
puedo decir: miro escenas que me
recuerdan mis escenas, otras escenas
que he presenciado. Fragmentos de
la vida se suceden en el escenario
psicodramático, que cada uno re l aciona
con sus propias experiencias.
Los personajes que juegan en los dif
e rentes dramas, convocan otro s
personajes, otras relaciones que se
van utilizando. Los efectos son diversos,
todos quedan implicados, es
difícil sustraerse al despliegue escénico.
Los grupos pueden olvidar aspectos
y momentos de su historia,
pero no olvidan lo que se ha dramatizado.
El punto de vista de cada uno
f rente al drama del otro, hace presente
aspectos del propio drama, a
la vez que es una manifestación de
como miramos el mundo, la vida.
Uno se sorprende muchas veces de
“su visión de los acontecimientos.
Escribe M. Percia:... “¿qué es una
dramatización? Es la produccion de
un acontecer actua1, es la evocación
de una imagen que el pro t a g o n i s t a
tiene de algo que ya sucedió. Es la
puesta en escena de su mirada”...
(en otro párrafo): “…Se ponen en
escena las formas de mirar que cada
uno carga sin darse del todo cuenta”...
El grupo actualiza en su proceso
las diferentes dramáticas inconscientes
y es su trabajo el compre nderlas
y desocultarlas. Los roles jugados
en las escenas y en la cotidianeidad
del grupo, en relación a cada
integrante y al grupo como unidad,
van poniendo de mani fiesto el
drama subjetivo. En una tarea transf
o rmadora se entraman y se re e st
ructuran, se producen subjetividades.
Lo que aporta la escena psicodramática
es la posibilidad de centrar
las intensidades y descentrar la
lectura de un único sentido posible,
dando lugar a todos los sentidos
que surjan. Dicen los Lemoine:...”El
psicodrama no es la búsqueda de un
cierto sentido ni tampoco de un significante
fundamental. Por ello, se
debe evitar la interpretación que
proporcione el sentido y la pérdida
del sentido...” ...“No se trata de descubrir
el significante que re p re s e ntaría
la verdad del sujeto, sino más
bien el significante que, gracias a los
s o p o rtes que el grupo ofrece, se conv
i e rte en una máquina de re p e t ición...”
(El subrayado es mío).
Se re p resenta una escena de un
conflicto actual. Protagonista y
c o m p a ñ e ros asocian otras escenas,
o t ros personajes, otros momentos
que evocan a partir de la escena inicial
y a su vez los dramatizan o los
relatan y “vemos” ante nuestro s
ojos, espacializados, tomando cuerpo
y movimiento, re l a c i o n á n d o s e ,
los conceptos psicoanalíticos básicos,
tantas veces estudiados e investigados.
“ Vemos” la re g resión, la identificación,
la transferencia, las defensas
y las repeticiones no excentas de
c reatividad. El inconsciente no deja
de asombrarnos, se abren las comp
u e rtas de los re c u e rdos, de los que
p a rticipan de una u otra manera: dramatizando,
escuchando, mirando.
Vemos como en la elección de
una escena (realizada por el grupo),
de su protagonista y yo-auxiliare s ,
se despliegan las transferencias grupales.
“Vemos”, no solo son una int
e r p retación posible, están allí rep
resentadas. Es “como sí” por fin
pudieramos asir lo abstracto.
¿Qué cambia?, ¿qué se transforma
entre el relato y su re p re s e n t ación?
Hay un cambio de dimensión,
hay un otro espacio y tiempo para
el cual rigen otras variables. Lo que
fue sujetado en el relato; desconocido,
se mueve, se escapa, sorprende,
se incorpora y se integra.
En un relato, alguien hace mención
al enojo que le produjo un violento
choque de opiniones con otra
persona. Se re p resenta la escena de
la discusión y emergen: la pena, el
d e s c o n c i e rto, la soledad del pro t agonista;
el grupo arrima y entrama
orfandad, indignación, búsqueda repetida
de situaciones como esa. No
son abstracciones, son las variadas
resonancias que hacen factibles, a
p a rtir de la escena inicial, las escenas
asociadas. Una temática se abre
al infinito. El personaje con quien
el protagonista estaba enojado, se
c o n v i e rte en “otros significativos”,
en partes de sí mismo, que desgranan
afectos.
Luego se trae a colación una discución
producida a la salida del
g rupo, algunas sesiones atróá; se
dramatiza y se produce un nuevo
juego de fantasmas, de vínculos
en situación: “Vemos” las transferencias.
El psicodrama es básicamente
una investigación vincular, este es
el punto inicial de integración con
el psicoanálisis, para quien lo vincula,
es pilar de su teoría y su metodología.
La escena presentiza y corporiza,
representa, los vínculos intrapsíquicos
y posibilita conectar y comprender
la re e s t ructuración dialéctica
constante de los vínculos interpersonales
y los subjetivos.
Se despliegan vínculos intern a l izados,
roles inhibidores, liberadores,
complementarios a roles familiare s ,
mútiples. Los siempre repetidos, estereotipados,
señales que marcan el
camino a los conflictos estructurantes-
desestructurantes.
Si en toda terapia analítica, se intenta
hacer un pasaje, una transformación
de “los vínculos narc i s i s t a s
a la relación con el otro” en la terminología
moreniana “pasaje del
Yo - Yo al Yo- Tu”: Es a través del
drama re p resentado, del despliegue
de las vincularidades que nos habitan,
que este objetivo alcanza una
mayor posiblidad de expresión y conocimiento.
La compleja internalización de
los vínculos reales y fantaseados,
que estructuran al sujeto, a su desarrollo
psicosexual y social, ha sido
realizada a través de escenas reales e
imaginarias. Este fundamento lógico
nos proporciona una base sólida
para el trabajo psicodramático.
Dijimos que cada escena re p resentada
nos envía a momentos de
nuestra propia historia, que tienen
para nosotros valor nodal. Se actualizan
así en la relación pre s e n t e ,
nuestros fantasmas; toma relevancia
en esta “otra vez” de la escena rep
resentada, aquella escena de “allá
y entonces”.
Integración grupal
Una forma de dar una idea clara
del trabajo psicodramático en los
g rupos, es describir la técnica que
VERTEX 46
se desarrolla a partir de los conceptos
que se sostienen. En este caso
p a rt i c u l a r, dar cuenta de una técnica
que refleje: una concepción acerca
de la salud, acerca de los gru p o s ,
del psicoanálisis y del psicodrama.
Una ideología y una ética determ in
a d a s .
Considero que los grupos son espacios
privilegiados, son a la vez
que un dispositivo para la cura, un
lugar de generación de teorías y de
p roducción de subjetividades. De
aquí se desprende la importancia de
la persona del coordinador terapeútico,
de su ética e ideología, de su
actitud frente a los acontecimientos
sociales, de lo que considere que los
grupos son y de cuales son los intereses
que lo llevan a realizar la función
de terapeuta de grupo.
Pienso que la integración psicodrama-
psicoanálisis grupal, es un
hallazgo productivo, que encuentra
su justificación en la viabilidad que
la escena potencia, de los aspectos
que son razón de ser del dispositivo
grupal analítico.
Cabe insitir en dos puntos: uno,
en el hecho de que todo dispositivo
grupal resalta algunos aspectos de lo
que sucede y producen los gru p o s ,
mientras otros quedan invisibles,
no son especialmente trabajados ni
revelados. Otro punto es aquel, que
considera lo ético-ideológico. Los
grupos pueden ser lugares de transformación
y de cambio, pueden ser
lugares de desarrollo democrático y
de libertad, pero también pueden
ser lugares de mera adaptación no
creativa, no crítica, donde el sometimiento
y la vinculación que se
despliega, los convierten en lugares
de sostén narcisista, aislados de la
realidad social en la que se desenvuelven
donde el individualismo es
rey y una cierta cultura del “animarse,
permitirse”, y del “eso no es cosa
tuya”, deja de lado importantes aspectos
del ser social, empobrecen su
crecimiento.
Sabemos que toda ciencia, toda
técnica puede estar al servicio de
uno u otro poder; es importante interrogarse.
Diferentes épocas y diferentes poderes
han dado pié al análisis de las
re p resiones, pero también al re i n ado
de las represiones ideológicas.
Actualmente nos toca asistir,
yendo a los extremos, por supuesto;
a algunos discursos fascistas posmod
e rnos, donde alguien (coord i n ador)
se propone como única opción,
como lo que realmente vale.
Puede anidarse el equívoco acerca
de los grupos: desde una cátedra,
desde los lugares de poder institucional,
desde la seducción y la fascinación.
En este momento, a veces
escuchamos hablar de “amplitud”
en oposición a un “re g l a m e n t a r i smo
estúpido”, justificando y ocultando
así la institucionalización de
la perversión, (en nombre de la
c reatividad), son consecuencias de
la “desregulación”, de la crisis de
valores que nos atraviesa.
Nos movemos constantemente
e n t re la libertad y la democracia,
que necesita tener sus leyes en grupos
e instituciones; y el autoritarismo,
que entre otras formas, puede
adquirir: la re p resora, rígida y demoledora
de deseo o la apare n t emente
opuesta, que rinde culto al
c reacionismo sin implicación. Los
ismos nos amenazan y nos atraviesan.
Vayamos pues, luego de estas reflexiones
que considero impre s c i ndibles,
a la descripción de la técnica
puesta en juego, en los grupos de
psicodrama psicoanálitico con objetivos
psicoterapeúticos. Recuerdo lo
dicho anteriormente, ésta es solo
una integración posible, habiendo
otras sustentadas por otros autores.
Ejemplos clínicos: formas de
acceder al trabajo psicodramático
En los grupos que coordino, de
adolescentes y de adultos, el proceso
grupal es comprendido desde
una óptica transdisciplinaria.
Las sesiones son de dos horas de
duración; y en ellas se dió importancia
al trabajo psicodramático y al
trabajo verbal. No se dramatiza en
todas las sesiones, dependiendo el
trabajo dramático de situaciones
grupales y de mi propia transferencia.
Considero que cada coord i n ador
elige las técnicas y el encuadre,
según su pensamiento y sus re s onancias
afectivas. Lo importante es
una visión dramática de la psicoterapia,
armonizando los momentos
de asociación psicodramática y los
momentos verbales (que no son
solo verbales), dentro de una concepción.
Me referiré para los fines de este
trabajo, a los momentos donde se
integra el trabajo psicodramático.
No relataré sesiones completas.
Ejemplo 1: Se trata de un grupo de
adultos entre 30 y 45 años.El grupo
funciona desde hace mucho tiempo,
hay dos pacientes nuevos, en
total son ocho personas, cinco mujeres
y tres varones.
Comienza la sesión en un clima
de cierta apatía hacen re f e rencia al
calor (Transcurre el mes de noviembre
de 1991) y a las lluvias, “hablan
del tiempo”. Señalo con un chiste:
“bueno, hablemos del tiempo” ... Se
rien y Alicia dice que quiere hablar
de un problema que tuvo con su
hijo adolescente. Relata una discusión;
el muchacho no cumplió con
un encargue de Alicia, por el que
tenía que buscar unos papeles en el
centro de la ciudad y ella se lo recriminó
a los gritos, afirmando que
nunca la ayuda en nada, que es un
vago.
Durante el relato se vuelve a indignar
y afirma que no sabe que
hacer con ese muchacho. El gru p o
la escucha atentamente y hace
algún comentario acerca de los jóvenes,
de los límites y de la importancia
o no del hecho.
Pregunto si les interesa el tema y
si quieren que Alicia dramatice la
escena de la discusión. El grupo dice
que si, casi todos tienen hijos y dificultades
cotidianas.
Descripción de la técnica: Pido a
Alicia que se ponga de pie, pase al
espacio en el consultorio, que ella
elige como escenario dramático (escenario
pautado en cada dramatización).
Algunos terapeutas trabajan con
una plataforma en la que siempre se
dramatiza, (Moreno utilizaba escenarios
teatrales). Comienzo el caldeamiento
específico de la escena,
por medio de preguntas acerca del
l u g a r, el momento, el día, etc. en
que fue la discusión. Le pido que
elija a un compañero de grupo para
hacer el rol de su hijo. (Aquí debemos
tener en cuerta, que la elección
brinda datos acerca de las transferencias
e identificaciones gru p a l e s ) .
Elije al compañero más joven, con
quien tiene una buena re l a c i ó n ,
pero al que a veces ha recriminado
por sentirlo indiferente frente a lo
político. Procedemos a montar la escena.
Alicia describe la habitación:
es un comedor diario, el joven esta
“tirado” en una silla, ella de pie,
habla.
Le pido que tome el rol del hijo y
que trate de sentirse él, muestra al
compañero, como habla su hijo, sus
gestos y sus movimientos. Le pregunto
si quiere decir algo desde ese
lugar, dice que no .
Vuelve a su rol y les pido a
ambos que se concentren en la escena,
caldeo desde la consigna: “Están
en el comedor diario, vos Alicia lle-
VERTEX 47
gás y te enterás que tu hijo no hizo
los trámites ...¿Qué sentís?... Alicia:
Me enfurezco, nunca me ayuda, es
un vago, le pegaría!”. Les pido que
comiencen la escena, repito al yoauxiliar
: tenés 18 años, tu mamá
está enojada...
La escena muestra aquello que
Alicia relató en un comienzo, es una
repetición del relato, la difere n c i a
está en que el tono afectivo ha subido,
tanto en Al icia como en el
grupo. (Este es el momento en que
pienso en que técnicas utilizar para
que la escena sea más productiva).
Pido una invers ión de ro l e s ,
luego de que cada uno hace un soliloquio.
Soliloquio de Alicia: “Estoy
fur iosa, tengo taquicardia, es te
chico es un irresponsable, algo le
pasa...”
Soliloquio del hijo: “Está loca!,
no es para tanto, algo le pasa, me
grita como a un crío”.
El soliloquio, como se puede
comprender, es una técnica auxiliar
en la que se pide a protagonista y
Yo auxiliares, que se digan en voz
alta lo que sienten y lo que piensan
en ese momento, “como sí” nadie
los escuchara.
I n v i e rten los roles y Alicia toma
el rol del hijo, y el compañero (yo
auxiliar) el rol de Alicia. Se dramatiza
nuevamente la escena y sucede
que Alicia en el rol del hijo, se defiende
como él no lo hiciera en la
realidad, esta indignada-o. Le pido
que repita nuevamente la escena y
que intente hacer el rol tal cual recuerda
que actúo su hijo.
Lo hace y se le caen las lágrimas,
se emociona y dice: “¡Basta!” Le pregunto
qué le pasa, que parece que
algo más le sucedió. Dice que recordó
una escena donde su madre le
gritaba, una escena que se re p e t í a
siempre en su adolescencia, le reclamaba
que no colaborara en la casa.
La madre no tenía en cuenta nunca
lo que ella hacía, no tenía en cuenta
el esfuerzo que a ella le costaba el
colegio. Dice también que pensó en
su marido, que siempre se queja de
que ella gana poco dinero y que
gasta mucho, no tiene en cuenta sus
esfuerzos, siempre le parece poco lo
que ella hace.
En ese momento existen dos opciones,
según el momento grupal y
lo que aprecie el coordinador que
sea más pertinente para proseguir el
trabajo psicodramático. Una opción
es seguir intensificando en el conflicto
personal de Alicia, re a l i z a n d o
dramáticamente las escenas que ella
asoció. La otra es profundizar el
conflicto tomando como camino la
p a rticipación del grupo, sus re s onancias,
sus escenas asociadas. Salvo
situaciones muy especiales, ante
estas dos opciones opto por la segunda.
Asi lo hice y los integrantes del
grupo brindaron sus escenas. Aparec
i e ron escenas en donde los re t aban,
otras en que ellos eran los enojados,
escenas de insatisfacción, de
angustia frente a fracasos personales,
inseguridades, desamor. Una escena
fue muy violenta.
Un paciente varón, puso a todo
el grupo en la escena, representando
a los demás , y comenzó a gritar
malas palabras y a decir que no le
importaba nada lo que pensaran de
él, que eran todos una “ manga de
forros” y querian hacerle cargo a él
de las culpas, etc. Yo pensé que esa
escena era una mera descarga, que
quizás necesitaba trabajarla más.
Pedí al grupo que hicieran el rol de
él, (todos juntos ) y a é l que se
ponga en el rol de los demás . Mientras
se llevaba a cabo la escena, se
conmovió visiblemente. Luego en
los comentarios dijo que todos juntos,
diciendo lo que él había dicho,
le habían dado miedo, que estaba
ahora pensando, que no sabía muy
bien, pero que era como que había
salido lo que siempre se había callado,
sometiéndose a todos.
En el momento de los comentarios,
todos aport a ron vivencias y
pensamientos, ideas acerca de sí
mismos y de los demás. Alicia sintió
que le devolvían una imagen que
no le gustaba, pero que algo de cierto
tenía, se sentía frustrada, poco
considerada y criticada, no podía
salir de ese rol, alternándolo con la
crítica y la descalificación de los
otros, especialmente de su hijo y en
el grupo, especialmente con el muchacho
que eligió para que re p resente
el rol de aquel.
Se llenaron de sentidos posibles
ante lo que sentían de las dramatizaciones
realizadas y comentaro n
acerca de la importancia que revestía
el tema en el grupo terapeútico,
las críticas, las valorizaciones y desvalorizaciones,
las proyecciones que
los hacían pasar por alto aspectos
propios.
A s o c i a ron también con un conflicto
que había habido entre dos
compañeras en una sesión de poco
tiempo atrás, hicieron chistes con
respecto a mí y a qué pensaba yo de
cada uno y ellos de mí.
Ejemplo 2: Son jovenes entre 19 y
25 años, es un grupo de ocho personas,
cuatro mujeres y cuatro varo n e s .
Cuando comienza la sesión, falta
un integrante que úl timamente
llega tarde. Comentan este hecho y
dicen que lo notan distante y que
algunos piensan que se va a ir del
grupo. Les pregunto si algunos piensan
en irse del grupo y una chica
dice que ella quiere terminar la terapia
a fin de año ( corre Octubre de
1991). En ese momento llega Eduardo,
del cual se habló en un comienzo.
Le preguntan por qué llega tarde
y él dice que “no lo jodan”, que está
muy angustiado, que su novia lo
dejó, que no entiende nada de lo
que pasó. Relata que no sabe qué
hizo mal, que ella dice que lo quiere
p e ro que sufre mucho con él, que
nunca puede saber realmente si está
del todo con ella, que prefiere cortar
la relación.
Todos se quedan callados, pregunto
luego de un rato qué les pasa.
Comienza a aparecer en las re spuestas
una sensación de angustia.
Se quedaron pensando, dicen, de lo
difícil que es todo. Uno se hace ilusiones
con una relación y después
resulta otra cosa. Habría que ver que
le pasa a Eduardo, está raro últimamente.
Verónica quiere terminar la
terapia, habría que ver eso…
Descripción de la técnica: P i e n s o
que el material aparecido hasta el
momento los implica a todos y que
el protagonismo de Eduardo y Verónica
se ha relativizado un tanto. Les
pido entonces que cada uno se deje
s o r p render por una escena, una escena
donde quizás sintieron algo
parecido a lo que están sintiendo en
este momento de la sesión.
Pasa un tiempo de alrededor de
cinco minutos y todos dicen tener
una escena. Comienza cada uno a
relatar la escena asociada.Esta forma
de acceso al trabajo psicodramático
permite grupalizar la temática a partir
de los relatos y la elección de una
de las escenas por parte del gru p o .
Podemos de esta manera darn o s
cuenta de cual es el punto inicial, el
que más convoca, para luego asociar
dramáticamente o realizar una de
las escenas propuestas.
Escenas:
Marina:“ Recordé una vez en que
yo estaba muy entusiasmada con
una compañera de la facultad, hizo
una fiesta y no me invitó”.
Juana: “Un día en que yo estaba
enferma y nadie se me acercó a preg
u n t a rme si necesitaba algo. Lloré
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toda la tarde”.
E d u a rdo: “Yo pienso solamente
en el otro día que me largaron”.
Karina: “No sé por qué, pero me
vino una escena bárbara, una escena
de amor con un pibe, el verano
pasado en la playa”.
Ariel: “No tengo ninguna escena.
Voto por la de Karina. Yo no quiero
dramatizar”.
Verónica: “Me acordé de mi
viejo, un día, poco antes de que
muriera, me dijo que me queria
mucho. Se le llenan los ojos de lágrimas).
Jorge:“Yo, hoy, no pienso dramat
i z a r, me quiero ir”. (Sus padres se
separaron hace cinco o seis meses).
Gustavo: “Yo re c o rdé el día que
entré al grupo, me dieron poca bolil
la y yo me sent í un descolgado”.(
Entró a principios de año).
Pregunto que escena quieren dram
a t i z a r. Las elecciones se dividen
entre la escena de Eduardo y la escena
de Juana. Eligen por fin la escena
de Eduardo.
Se arma la escena y Eduardo elige
a Marina para desempeñar el rol de
su ex-novia. ( No entraré en excesivos
detalles).
Luego de la escena, trabajada con
la técnica auxiliar de dobles múltiples
(todo el que quiere, dobla en
algún momento a uno de los personajes,
expresando desde atrás, algún
pensamiento o sentimiento que
c ree está oculto o reprimido) pido
que dramaticen escenas que hayan
re c o rdado a partir de la escena de
E d u a rdo o que realicen “algo dramático”
con la escena inicial.
Marina trae una escena, en la que
ella se comporta en forma rechazante
y “maltrata” a su hermano.
Juana, dramatiza la escena de
E d u a rdo, modificándola, tomando
algo de lo dicho en los doblajes. La
modificación es decirle a Eduard o
desde el rol de la ex-novia, en que le
dañaba su forma de ser y contándole
que ella era muy sensible y necesitaba
mucho amor.
Karina dice un discurso en una
plataforma imaginaria, haciendo un
llamamiento al amor y a la solidaridad.
Ariel insiste, en que él hoy no
dramatiza, pero termina haciendo
un soliloquio, sentado en su cama,
hablando de la soledad y de las
ganas de arreglarse con su padre, del
que esta alejado hace unos meses.
Verónica modifica la escena de
E d u a rdo y desde el rol de la chica
dice: “necesito que me digan te
quiero y vos me lo decís poco”.
J o rge le pide a Ariel que haga el
rol de un amigo y termina hablándole
a Ariel, le cuenta que le emociona
su escena y que él se siente
extraño, tanto con el padre como
con la madre, desde que se separaron.
Se abrazaron emocionados.
Gustavo trae una escena de la facultad
donde lo eligen delegado.
El trabajo psicodramático se realizó
con un ritmo dinámico y con
una fuerte participación del gru p o .
Comentan luego lo dramatizado,
p roduciendo a nivel verbal, una
labor intensa, compartiendo lo que
s i n t i e ron, pensaron y se diero n
cuenta a partir de las muchas escenas
que se re p re s e n t a ron. Ve r ó n i c a
dijo que se daba cuenta que en realidad
no quería irse del grupo, que
quería otra cosa; que se ocuparán
más de ella, (que la hicieran sentir
querida, etc.. Le responden que ella
no dice fácilmente lo que le pasa,
que trate de hablar más.
E d u a rdo recogió un sin fin de
matices de su escena y el gru p o
compara lo que le dijo la ex-novia,
con su actitud para con el grupo en
los últimos tiempos. Se queda reflexivo,
habla muy poco, dice que se le
a p a recen situaciones en las que él
abandona y luego se arrepiente; no
q u i e re hablar, quiere sentir. Hablan
del grupo, del compromiso, del cariño,
de que a veces se “achanchan” y
trabajan menos.
Comentarios acerca de los dos
ejemplos elegidos:
Quise brindar dos ejemplos de
maneras diferentes de abordar el
trabajo psicodramático en los grupos
y dos edades con problemáticas
vitales distintas.
No es el objeto de este artículo el
análisis del contenido, sino señalar
en los ejemplos, una práctica, la
descripción de una técnica. Según
lo explicitado anteriormente, re specto
a las concepciones que fundamentan
una técnica determ i n a d a ,
resalto el hecho de que la asociación
dramática, trabajada de esta
manera, es coherente con una idea
acerca de los grupos. En ellos se des
a rrollan alrededor de un tema, un
n ú m e ro enorme de asociaciones
que son las propias derivaciones de
la temática, la que a su vez va ejerciendo
la labor de investigación e
interpretativa. Hemos renunciado a
encontrar un único sentido a lo
p roducido en la sesión. Los ejemplos
traidos, son posibles de diferentes
lecturas: tanto de lo vertical de
cada uno, como de lo horizontal
g rupal, con sus múltiples atre v e s amientos.
Desde el rol de terapeuta, la interpretación
es dada como una opinión
más, sin desconocer el peso de
la transferencia sobre dicho lugar. El
intento es no ejercer una función
autoritariamente y confiar en el
valor productivo-creativo de los grupos,
en el trabajo que realizan constantemente.
Las transferencias se compre nden,
sin necesidad de interpretarlas
clásicamente, ni renunciar a interpretarlas,
simplemente se dan cuenta,
guiamos con nuestra palabra y
con la dirección que damos a la investigación
dramática. Cada técnica
a u x i l i a r, i n t e r p reta desde haber sido
elegida por el terapeuta, los doblajes,
los comentarios, las escenas asociadas,
tienen valor de interpre t ación,
así como las consignas dadas a
veces a los Yo-auxiliares.
Desde mi punto de vista, intento
un trabajo lo más libre posible, tratando
de no realizar desde la coordinación,
aquello que el grupo puede
ir descubriendo por sí mismo. Lo
cual intento que suceda tanto en el
trabajo con escenas, como en los
momentos verbales, en sesiones
donde no se dramatiza.
Pienso que es una forma de fomentar
la independencia, aunque a
veces ésto pueda ser vivido como
abandono, algo de ésto podría quizás
estar presente en el segundo
ejemplo, quizás...
Existen otras formas de dramatizaciones,
pero sería extenso en demasía
seguir exponiendo distintos
abordajes que irían más allá del propósito
de este artículo n
Bibliografía
Albizuri de García, Olga; “Contribuciones
del Psicodrama a la Psicoterapia de
g rupo”. Lo Grupal 3, Ed. Búsqueda,
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Psicodrama y ténicas grupales” S.A.P.
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VERTEX 49
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VERTEX 50

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